El pasado viernes 3 de octubre, fue mi primer día en la universidad japonesa, donde estoy actualmente como estudiante de intercambio. Ya tuve varias reuniones antes (de las que hablo más adelante), y por fin empecé las clases.
Como ha sido una experiencia bastante novedosa para mi, y sé que a muchas personas les puede interesar cómo es vivir un primer día de universidad en Japón, hoy os voy a contar mi experiencia y las cosas que más me han sorprendido.
Las primeras reuniones en la universidad 大学
Antes de empezar las clases, tuve dos reuniones, donde vi por primera vez al resto de estudiantes de intercambio. La primera reunión fue introductoria, donde nos dieron literalmente 28 documentos, y nos explicaron cómo funciona la universidad; a quién llamar si hay alguna duda, donde ir, el comedor y cuánto vale, como sacarse el seguro japonés, y un montón de cosas. Además, tuvimos un tiempo para ir al comedor y comer pollo karage (después explico cómo es un comedor en mi universidad japonesa).
Después, tuvimos una prueba de nivel que hicimos con el ordenador. Se dividía en tres partes; una de leer, otra de escuchar y otra de kanji. Habían tres niveles para las 2 primeras y un nivel de 50 preguntas para la de kanji. Muchas preguntas eran literalmente nivel N1, porque te daban 4 segundos para elegir y, o no se escuchaba nada de lo que pronunciaba, o las respuestas eran 義 儀 議 擬.
Entonces, yo obtuve el nivel inicial de los 4 que hay posibles (no sé todavía si hay alguien en el más alto, lo dudo).
En el segundo día, que fue el lunes de hace dos semanas, tuvimos una reunión más en la misma sala de ordenadores, donde seleccionamos todos a la vez las asignaturas. Por cierto, las asignaturas se han hecho todo un lío, lo explico al final de este post.
El primer día de universidad en Japón: mi experiencia
En Japón las clases empiezan muy tarde. Básicamente, para los japoneses el curso empieza en abril. Tienen vacaciones en verano (un poco menos que nosotros), donde aprovechan para hacer arubaito, y luego vuelven a empezar en octubre. En realidad, me he dado cuenta de que los estudiantes viven bastante bien, el chollo se acaba cuando ya entran en una empresa o similar a trabajar.
Por tanto, fue el pasado 3 de octubre cuando pisé por primera vez un aula en la universidad, para hacer clase. Tuve 3 asignaturas bastante bien repartidas. Empece sobre las 10 y pico, y para cuando acabé la primera asignatura de japonés ya fuimos a comer al comedor.
Estuvimos media hora comiendo, y después tuvimos la siguiente clase. La primera profesora de la asignatura de japonés era una nativa, y este segundo profesor es de Jamaica, lo cual me sorprendió mucho. Un profe muy majo, desde aquí le mando un saludo. Seguro que esa asignatura es súper interesante. Por cierto, echo de menos a mis profesores de Sevilla.
Después de esta clase, como el horario es un poco loco, tuve 1 hora y media de tiempo libre, que usé para hacer nuevos amigos.
La última clase fue de kanji y vocabulario, y la profesora súper amable y graciosa. Todo muy muy bien.
Cuando acabamos eran las 5 y media, pero ya casi era de noche. Esto es algo que no me gusta mucho de Japón. Una pequeña parte buena es que no tienes que esperar mucho para ver el "paisaje" de noche en los pueblos y ciudades de Japón, pero que sean las 7 de la tarde y que parezcan las 10...
En Japón oscurece demasiado pronto.
Las asignaturas en Japón son un auténtico papeleo
Para estudiar en la universidad japonesa, el papeleo ha sido casi inagotable. Con mi universidad de origen, Sevilla, he tenido que hacer un convenio donde explico las asignaturas que voy a cursar, y donde tengo que poner por cuáles las voy a convalidar en mi universidad de Japón.
No obstante, escoger asignaturas en Japón es demasiado atareado. En primer lugar, hay tropecientas asignaturas distintas, muchas más de las que me imaginaba. Además, a la hora de escogerlas, poder o no cursarlas dependía del examen que me hicieron de nivel de japonés en la primera reunión el primer día de universidad. Por tanto, habían asignaturas que no podía escoger y se descuadraba parte de mi horario.
Por si fuera poco, muchas asignaturas se llenan. El profesor suele hacer la vista gorda si el número de interesados es un pelín más que el límite (por ejemplo, en una que escogí, éramos 161 personas para 160 plazas).
No obstante, si se pasa mucho el montante de personas que se inscriben, se hace por medio de un sorteo, donde un porcentaje pequeño de las plazas se reserva a estudiantes de intercambio.
Por tanto, como a veces se queda alguna asignatura que no se puede escoger, te toca buscarte otra similar, y rezar a los kami para que cuadre con el horario. Y tiene que ser similar, porque tiene que cuadrar con el convenio de tu universidad de origen.
Una locura vamos, ¡pero poco a poco estoy acabando!
De vuelta a casa
Creo que el primer día de universidad ha sido bastante interesante. Todas y cada una de las personas que trabajan allí son muy muy amables, siempre me ayudan con todo, y los profesores también. Espero poder tener muy buenos días en la universidad, y traeré al blog nuevas experiencias que vaya viviendo aquí en Japón.
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