Ya casi llevo viviendo un mes en Japón, y hace varias semanas que comencé las clases en mi universidad de intercambio. Y de todas las cosas que me he encontrado en la universidad (de las cuales hablaré en los próximos capítulos en el Blog), una de las que más me ha llamado la atención es el comedor.
Cuando se trata de comida, Japón es un país un poco... único. Por eso, hoy voy a contar cómo es el comedor en mi universidad japonesa, mi experiencia, las opciones que hay, y alguna sorpresa más.
Cómo es un comedor en una universidad Japonesa
Mi universidad está dividida en varios edificios llamados por letras del abecedario. Por ejemplo, yo muchas clases las tengo en el edificio H, pero el comedor está en el I, el cual no está muy lejos de mi clase.
Como he dicho al principio, Japón es un país único también en cuanto a la forma de servir la comida en las universidades. Estas son las cosas que más me han impactado, además de la forma de servir la comida.
1. Hay muy poco tiempo para comer.
Cuando llegamos al comedor, ya eran las 12 y poco. Además, en la entrada hacia el comedor, donde se escoge la comida y se paga, estaba lleno y estuvimos esperando otros 10 minutos. Por lo cual, tuvimos unos 30 minutos para comer, antes de llegar súper justos de tiempo a la siguiente clase (y encima era en otro aula).
Para escoger la comida, hay varias filas enumeradas, que te llevan a diferentes puestos para recoger la comida. Antes de las filas y entre medias, hay carteles que te indican qué comida es, el precio y los tamaños que tienen.
2. Desde que abre el comedor hay mucha gente
Es una absoluta locura. Esto no es una exageración, simplemente no es una estafa. Todo el mundo tiene el descanso al mismo tiempo, lo cual tiene lógica, pero no es siempre así. Por ejemplo, en mi universidad, habían días que los de un curso acabábamos más pronto (a las 2, por ejemplo), y otros acababan a las 3. Por tanto, casi todos los días estábamos bien distribuidos y no nos apelotonábamos (salvo para pedir las tostadas, que era otra locura y tampoco una estafa).
Pero en mi universidad de intercambio, todos tienen el mismo horario para comer. Lo cual está bien porque así se organiza mejor para la comida. Desde las 12:00 empieza el descanso para comer, y a las 12:50 empieza la siguiente clase. Por eso, desde el primer momento se hace una cola bastante grande para ir al comedor, y tambié para entrar a la tienda de "conveniencia" de mi universidad (de la que hablo más adelante).
3. Comer en Japón es súper barato
Esta es una de las mejores cosas de comer en la universidad. El menú en mi universidad de Japón es de aproximadamente 500円, al cambio unos 2,89€. Demasiado barato. Incluso para un estudiante. En total, yo salí a 682 Yenes, unos 3,94€. Lo cual sigue siendo demasiado barato. Incluso para un estudiante. El agua es gratis (como en mi universidad de España), así que mejor que mejor.
En mi universidad también hay un Konbini
Sí, no faltaba en una buena universidad japonesa una tienda de conveniencia. En realidad es algo que para nada me esperaba, pero que me salva todos los días. La verdad es que no sé si se le puede llamar tienda de conveniencia, porque entre otras cosas no hay cajero automático para sacar efectivo, pero a parte de eso, tiene literalmente de todo.
No falta la comida. De hecho, es lo que todo el mundo va a comprar. Hay de todo tipo, literalmente como una tienda de conveniencia. Desde zumos, hasta té, chuches, galletas, pan y melón pan (メロンパン), onigiris...
Y también están las comidas diarias. No cambian demasiado, pero están súper buenas.
No obstante, los japoneses piensan que la comida del konbini es cara, pero para nada. Un plato diario, es decir, una bandeja con el pollo, arroz y otros complementos, de palmo por palmo, cuesta unos 530 Yenes, al cambio unos 3€. Otras cosas como galletas, etc., valen mucho menos de lo que en España estamos acostumbrados a pagar. Por lo que sí, puede ser que en España todo sea muy caro, o puede ser que los japoneses se asusten demasiado al ver 3 dígitos en el precio. Pero unas galletas no pasan de 150 Yenes, al cambio unos 0,85€.
En el konbini de mi universidad se vende de todo, literalmente. Y además está todo muy barato, aunque a veces los japoneses no piensen lo mismo.
Nunca pensé poder comprar mallas, un cortaúñas o un peine en la universidad. Esto habla mucho de cómo de importante es para los japoneses tener una buena imagen.
Incluso pagar en el konbini también es diferente
En este blog estamos acostumbrados a ver cómo Japón es, sin tapujos, extraño.
A la hora de pagar, hay dos cajas. O bueno, tres cajas. Una que casi nunca se puede usar, solamente para comprar cosas de papelería, como libros y los diccionarios electrónicos, y cuando en la normal no hay nadie. La normal, la dividiré en dos, ya que una se paga solo con efectivo, y la otra usando la aplicación de PayPay. Yo no la tengo ni la quiero, pero muy bonita muchas gracias.
Y hasta aquí el nuevo capítulo de la semana. Espero que os haya parecido interesante cómo es un comedor en Japón, y ya de paso, que haya una konbini donde se venden cosas de lo más interesantes. Por cierto, si has leído hasta aquí, tengo una sorpresa para el siguiente capítulo. ¡Nos leemos!

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